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Momentos estelares en la dinámica demográfica del  México de ayer, hoy y mañana

Antecedentes

 

Identificar cuantos  habitantes existen  en la tierra  y por qué crece o disminuye una población ha sido y será siempre objeto de análisis.

Desde tiempos remotos   ha importado el número no solo de habitantes sino que también de presas o la población de los pequeños pueblos que se formaron a partir de los asentamientos para esto realizaban censos para saber con mayor precisión   cuántos habitantes vivos había, también  se mantenía un conteo aproximado del número de personas muertas. El primer gran ejemplo que se tiene es en el pueblo de Israel cuando Dios “Yahvé”  le indico a Moisés hacer un censo dentro del pueblo  por familia  de acuerdo a las edades, esto traía grandes ventajas para el pueblo ya que  se podría saber quiénes ya superaban los 20 años y podían asistir a la guerra además que daba a conocer si el pueblo había crecido o disminuido.

 

Un término importante es  “demografía”  que apareció por primera vez en 1855 aunque se utilizaba desde hacía dos siglos atrás  a partir de la aritmética de la vida,  es decir de  las muerte, de las migraciones y de las tablas de vida en tiempos de la peste. Algunos conocedores reconocen a John Graunt como el padre de la demografía, quien en 1662 publicó el famoso trabajo “Observaciones sobre boletines de mortalidad”. Estos boletines semanales de mortalidad servían para observar el aumento o disminución de los entierros, lo que después se convertía en tema de conversación o, en tiempos de peste, permitían conocer el progreso o retraso de la enfermedad, y de esa manera daban opción a los ricos para juzgar la pertinencia de alejarse del lugar a fin de evitar un posible contagio.

 

Algunos le atribuyen el término  a Malthus a finales del siglo xix por un ensayo que escribió, y  ya que desde ese momento el tema poblacional ocupa un lugar  destacado en los trabajos sobre economía y población.

 

Momentos Estelares

 

El interés por la demografía está íntimamente vinculado con momentos importantes que ocurren en la sociedad, ya sean inventos, descubrimientos, desastres, epidemias, épocas de auge económico o de crisis.

 

Hay acontecimientos históricos que han marcado nuestro desarrollo poblacional y nuestra geografía. Entre las experiencias que México tuvo que enfrentar durante sus inicios de formación de vida institucional se encuentra la guerra con Estados Unidos entre 1846 y 1848, en la que perdió la mitad de su territorio. La falta de población mexicana en el norte del país, una sociedad tradicional, la inexistencia de un sentimiento de nacionalidad, un ejército débil comparado con el de Estados Unidos, fueron algunas de las razones de esta pérdida. Había una tremenda asimetría poblacional entre los dos países.

 

Con Porfirio Díaz se inició una etapa de estabilidad política con la que nace también el proyecto censal de 1895, el cual se presenta como un instrumento fundamental de conocimiento de nuestro país. A partir de ese año surge una era continua de censos de población.

 

Por eso se dice que en 1895 empieza la etapa moderna de censos. En ese año se contabilizaron 12.6 millones de personas. Desde ese momento hasta la fecha actual los censos se levantan cada diez años, con excepción del correspondiente a 1921. A partir de 1995 empezamos con los conteos de población en los años terminados en cinco.

Otro hecho social que cambió la dinámica demográfica de nuestro país fue la Revolución Mexicana, la cual tuvo efectos muy significativos en los componentes del crecimiento poblacional. Entre 1910 y 1921 se perdieron 2 874 653 personas; el 49 por ciento se debió a la mortalidad, el 38 por ciento, a los que dejaron de nacer, y el 13 por ciento, a los que se fueron a vivir a Estados Unidos.6 Además, en 1918 se presentó una epidemia de influenza española que dejó muchos muertos. Se estiman 300 mil defunciones por esta causa.

 

La asistencia médica también jugó un papel relevante. Además, debemos señalar la importancia que tuvo el descubrimiento y desarrollo de los antibióticos en la disminución de la mortalidad. El descubrimiento de la penicilina, en 1928, por Alexander Fleming, y utilizada con éxito en 1941, revolucionó la medicina moderna e incrementó significativamente la esperanza de vida al nacer.

 

Otra fecha relevante es el año de 1955. El doctor Gregory Pincus y el doctor John Rock presentaron un artículo en la Quinta Conferencia Internacional de Planificación Familiar en Tokio, Japón, que incluía información sobre la inhibición de la ovulación.

 

40 años después

 

La nueva propuesta de Ley será más completa y ambiciosa. Las disposiciones de la nueva Ley en proceso “tienen por objeto regular, programar, promover y evaluar la política de población en cuanto a los fenómenos demográficos que la afectan con respecto a su volumen, estructura, dinámica y distribución geográfica en el territorio nacional”.

 

Es importante señalar que la política de población ya le cumplió al desarrollo, ahora hace falta que ocurra lo inverso, que el desarrollo le cumpla a la población.

 

En estos 40 años, de 1974 a 2014, la esperanza de vida al nacer pasó de poco más de 60 a 75 años. La mortalidad infantil se redujo de casi 70 por mil a la sexta parte.

 

Se observa una reducción de las brechas de los niveles de natalidad y mortalidad por grupos sociales y regiones. Es probable que la familia pequeña no viva mucho mejor, pero lo que es casi seguro es que una familia grande, es decir, si no se hubiera hecho nada, podría vivir peor en términos socioeconómicos, debido a que de esos 50 millones que dejaron de nacer un gran porcentaje de ellos hubiera sido de familias pobres.

 

El futuro demográfico y sus retos

 

Según la hipótesis intermedia de Naciones Unidas en su revisión de 2012, el punto más alto de la función de la población en México será en el año 2057 con 157 millones de personas, a partir de ese momento la población empezará a descender. En 2064, medio siglo después de hoy, será de 156 millones y para 2100 la población del país sería de 140

millones de habitantes.

 

Esto quiere decir que a partir de la segunda mitad del siglo nuestra población comenzará a decrecer. La tasa de crecimiento demográfico en el periodo 2015-2020 se estima en 1.1 por ciento anual. Después de la mitad del siglo habrá un decremento de la población. Llegaremos al final de la centuria a una tasa de crecimiento demográfico de -0.4 por ciento anual. Esta cifra significa que en 175 años la población se reduciría a la mitad, de seguir este ritmo de crecimiento demográfico.

 

Es importante destacar que los saldos migratorios a nivel internacional fueron relativamente reducidos a lo largo de la segunda parte del siglo xx. Según estimaciones de Naciones Unidas en su revisión de 2012, se observa que en el periodo de 2000 a 2010 se dio el nivel más elevado en la migración neta, de -2.9 millones en el periodo 2000-2005 y de -2.1 millones en el de 2005-2010. La tasa de crecimiento social del primer periodo fue de -5 por mil y de menos de -4 por mil en el segundo quinquenio, siendo esta tasa, en valor absoluto, muy semejante a la estimada para la tasa bruta de mortalidad.

 

No obstante, la migración a Estados Unidos disminuyó significativamente a fines del decenio pasado. “En 2010, sólo 140 mil mexicanos fueron contabilizados como nuevos inmigrantes en Estados Unidos, cifra muy inferior a la observada en 2005 de 550 mil”.

Además de otros factores, este cambio se explica por la “contracción de la economía estadounidense y el desplome de su industria de la construcción”.

 

Tales transformaciones han traído como efecto el regreso de compatriotas, lo que traerá nuevos retos a las políticas públicas de nuestro país. La política de población podría diseñar un programa orientado a impulsar el desarrollo regional del país.

 

Es importante destacar que el aumento de la violencia homicida, especialmente entre los jóvenes, es un freno para el incremento de la esperanza de vida masculina en México. En varios estados, como Chihuahua y Durango, esta violencia parece ser la principal causa del decremento de la esperanza de vida temporaria masculina entre los 15 y 75 años de edad.

 

En el periodo de 2008-2010 se presentó un incremento en Chihuahua en el número de años de esperanza de vida perdidos a 5.2 años. Según el Censo de 2010, el número de ocupantes promedio por vivienda fue de 3.9 (casi cuatro).

 

Esto quiere decir que la construcción de viviendas deberá dirigirse a familias pequeñas y con un par de personas en edades avanzadas, quienes deberán tener todas las comodidades para que esta población pueda tener una mejor calidad de vida.

 

También es preciso mencionar que el porcentaje de los nacimientos de madres adolescentes se ha mantenido o incluso se ha incrementado. En el 2012, el 19.4 por ciento de los nacimientos totales es de madres adolescentes menores de 20 años. Casi la quinta parte de los nacimientos se producen entre las mujeres menores de 20 años.

 

Quizás el slogan de La familia pequeña vive mejor tendría que cambiarse al de La familia con dos o tres hijos vive mejor. Esto se puede constatar con el índice de desarrollo humano. En los 125 municipios con índices de desarrollo humano elevado, las tasas globales de fecundidad son iguales a dos hijos, mientras que en los 125 municipios con bajos niveles de desarrollo son iguales a cuatro.20 Si bien es cierto que se han reducido las desigualdades en los componentes demográficos, todavía persisten diferencias entre zonas pobres y zonas ricas.

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